Segundo
Militarismo
Se denominó Reconstrucción Nacional al
periodo que siguió a la Guerra con Chile en estos tiempos se analizaron las
causas de la derrota y las acciones necesarias para levantar al país de las
ruinas.
El ambiente político y social que se vivió en esa época provoco que se
fomente de nuevo el caudillismo y por ende, el militarismo. En ese tiempo no
todos eran militares. Jorge Basadre indica que este segundo militarismo fue una
especie de reivindicación tras la derrota ante Chile. Durante este tiempo
aparecieron grandes figuras como Andrés Avelino Cáceres, quien negó la derrota
con Chile, también aparecieron caudillos civiles como Nicolás de Piérola quien
había liderado la oposición contra Manuel Pardo e instauró una dictadura al
ausentarse el presidente Prado durante la Guerra con Chile; también se rebeló
contra el segundo gobierno de Cáceres.
En ese tiempo, aparecieron los partidos políticos. Perú llegó a la
guerra con Chile sin ningún partido político y en 1871 fue fundado el primer
partido político llamado Partido Civil y gracias a esto la política peruana
cambio y se dieron cuenta que era indispensable la formación de agrupaciones
políticas sólidas que representaran las distintas posturas de la población, lo
importante es que estas agrupaciones formaron filiales en todo el país. El
Partido Demócrata fue fundado por Nicolás de Piérola y contó con el apoyo de
los adversarios de Cáceres. El Partido Constitucional, liderado por el general
Cáceres, recibió la adhesión de los ex combatientes de la Breña, de los
opositores de Iglesias y al Tratado de Ancón e, inicialmente, de los ex
integrantes del Partido Civil. En 1891 se fundaron el Partido Unión Nacional
y el Partido Unión Cívica. El primero fue liderado por Manuel González Prada y
era de tendencia radical. El segundo fue fundado por Mariano Nicolás Valcárcel. en general
los partidos coincidían en la defensa de las libertades políticas y la
democracia. Los puntos de enfrentamiento fueron el manejo de la economía y las
relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Kevin Brummert
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