jueves, 1 de octubre de 2015

Perspectiva económica

Perspectiva Económica

La minería en la sierra revivió después de la guerra, con el impulso que la minería de plata de Casapalca explotada por empresarios de la zona desde 1880, y siguió con el descubrimiento de nuevas minas en Morococha en el año 1890. Pero en 1892, dos hechos ocurren: primero, la caída internacional del precio de la plata y luego la suspensión de la acuñación de la monedas de plata en el país, hizo de que las ganancias de los empresarios mineros de plata cayera. Por la misma época se inicia el boom internacional del cobre que algunos empresarios locales empiezan a explotar. Alrededor de 1893 se terminó de construir el tren de La Oroya, lo que hará más accesible las minas de Morococha y Cerro de Pasco, y permitirá que las inversiones norteamericanas ingresen y compren a precios muy altos la mayoría de minas e incluso la fundición de Casapalca. Estas inversiones norteamericanas estaban financieramente a la par del estado peruano y muy por encima de los mineros peruanos

El ingreso de los capitales estadounidenses permitió la expansión de la minería por el uso de nueva tecnología, pero dejó esta zona del país en el atraso debido a que las utilidades de esta explotación se fueron a los Estados Unidos. Cuando las minas eran explotadas por los empresarios locales el dinero producto de las utilidades se reinvertía en la región en la producción agraria y en el comercio de la región. Impulsando incluso el cultivo del café en la ceja de selva peruana. Cuando llegan los norteamericanos las utilidades no regresan pero a pesar de eso queda suficientemente dinero para generar producción y comercio, originando la creación de una nueva élite regional en el centro del Perú, conformada por mineros, hacendados y comerciantes.

La relación entre los hacendados y los campesinos se va a caracterizar por el cercamiento de las comunidades. Debido a que los hacendados y empresarios buscan expandir sus tierras para incrementar sus cultivos, estos echan ojo a las posesiones de los campesinos y de las comunidades campesinas. Estas últimas que ya se encontraban debilitadas por la guerra, al reducirse su población masculina y la cantidad de cultivos, fueron presa fácil de la usurpación de tierras por parte de los hacendados quienes recurrieron a los cobros coactivos por deudas o a la compra forzada. Empieza a germinarse las causas de la violencia, al formarse los grandes latifundios, dirigidos por hacendados déspotas, y por los que muchos campesinos se quedan sin tierra. Por otro lado en la costa norte, el azúcar era el primero de los productos peruanos de exportación ya desde antes de la guerra, el ingreso de nuevos inversionistas permitió revivir esta industria. 

Kevin Brummert

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